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La caravana de festejo de Platense campeón provocó un día histórico para Saavedra, cargado de euforia y júbilo

Miles de hinchas desbordaron Puente Saavedra y acompañaron el paso del equipo hasta el Parque.

Saavedra vivió uno de los días más importantes de su historia este lunes 2 de junio. El júbilo y la euforia desbordó a todo el barrio desde la tarde, cuando los hinchas de Platense comenzaron a movilizarse para recibir al equipo que logró el primer campeonato en 120 años de vida del club. Con fuegos artificiales, cantos, banderas y mucha emoción, simpatizantes de distintas generaciones gozaron de una celebración que se inició en Puente Saavedra y terminó en el Parque Saavedra, entrada la noche.

 

A sabiendas de que habría una movilización masiva, la institución había convocado a aguardar el paso del plantel y cuerpo técnico que venían de Santiago del Estero a la esquina de Cabildo y General Paz. Así, enfatizaron que no haya traslados al Aeroparque ni tampoco al Estadio Ciudad de Vicente López. Como un gesto a los hinchas que desearían vivir este acontecimiento que esperaron desde que nacieron, demoraron el vuelo para que coincida con el fin del horario laboral.

 

La medida tuvo éxito. Por un lado, todo se desarrolló sin incidentes ni desbordes. Y por el otro, la aglomeración fue masiva, con miles de personas acercándose con el correr de las horas. Como sucedió con los festejos de la Selección Argentina en 2022, a escala local, el micro descapotable que trasladaba a los campeones se movilizó a la escasa velocidad que le permitieron los hinchas, que rodeaban su paso abalanzándose al ómnibus.

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Hubo fuegos artificiales, cohetes y bengalas desde el inicio de la caravana, en Puente Saavedra, y en distintos momentos del paso por Avenida San Isidro, hasta García del Río. Los fanáticos, en un clima de alegría, treparon a los semáforos y hasta al techo del Metrobus para saludar al descapotable. A pesar de la oscuridad de la noche, todo quedó teñido por el marrón y blanco de las decenas de banderas que se ondeaban.

 

Finalmente, pasadas las 22 horas el micro pudo llegar a García del Río y Pinto y festejar con la gente. Padres, hijos y abuelos, grupos de amigos, parejas, deportistas y directivos del club, vecinos. Nadie quiso perderse una fiesta que quedará en el recuerdo de Saavedra.

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El plantel y cuerpo técnico tendrán ahora merecidas vacaciones hasta que retome la preparación de cara al Torneo Clausura y la Copa Argentina. Para el club, el desafío será retener a muchos jugadores y hasta la dupla técnica que ganaron interés de muchas instituciones a partir de su gran rendimiento. Pero todo será con la satisfacción de tener la tan anhelada primera estrella en el escudo "Calamar".